Es lo mejor de todo no
haber para el hombre nacido
ni los rayos de luz ver del ardiente sol,
y de llegar a nacer cruzar
cuanto antes las puertas
de Hades y bajo
terrón amontonado yacer.
llora, y no por la
flor de juventud que se ajó.
Date contento, mi buen
corazón: muy pronto habrá otros
hombres y, muerto
yo, negro terruño seré.
Pluto, el más hermoso de
todos los dioses y amado,
noble se vuelve hasta el
vil hombre teniéndote a ti.
Voy a beber; de penosa
miseria yo no me quejo
ni de enemigos que
mal andan hablando de mí.
Pero lamento la amable
edad juvenil, que me deja,
y a la terrible
vejez rompo, llegando, a llorar.
(vv. 1129 -1132)
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