Ovidio nos ha transmitido la trágica historia de amor de Píramo y Tisbe (Metamorfosis, libro IV, versos 55-166) una trama similar a la que tendrá posteriormente Romeo y Julieta de William Shakespeare, quien, si no se inspiró directamente en ella, pues se basó en la novela Los amantes de Verona de Mateo Bandello, un escritor italiano renacentista, la tomó al pie de la letra para incluirla como interludio dramático -teatro dentro del teatro- en el Sueño de una noche de verano, la pieza que interpretan los artesanos para diversión de los invitados a las bodas de Hipólita y Teseo.
Píramo y Tisbe son dos jóvenes de extraordinaria belleza -Pyramus et Thisbe, iuuenum pulcherrimus alter, / altera, quas Oriens habuit, praelata puellis, según Ovidio: Píramo y Tisbe, de jóvenes él el más agraciado, / ella, a las mozas que tuvo el Oriente, la preferida- que viven en dos casas contiguas en Babilonia, separados por un muro en el que se abre una grieta por la que los enamorados pueden comunicarse. Sus amores no son consentidos por sus padres, que prohibieron así un amor que no deberían haber prohibido.
Cuando la pasión del amor se hace tan fuerte entre los jóvenes que el muro ya no puede separarlos, deciden huir de casa y encontrarse en el bosque, junto a la tumba del legendario rey Nino, fundador de Nínive y esposo enamorado de Semíramis, que le sucedió en el trono, debajo de una morera o moral. Tisbe es la primera en llegar y se encuentra con un león que acaba de matar a su presa, por lo que huye despavorida y pierde su manto en la huida; el león desgarra, destroza y mancha con su boca ensangrentada el manto de Tisbe. Llega después Píramo y descubre el manto ensangrentado de Tisbe. Sospecha que el león ha devorado a Tisbe, lamenta haber llegado tarde y en un alarde trágico se quita la vida ante la pérdida de su amada. Tisbe sale entonces de la cueva donde se había refugiado y descubre el cadáver de su amado Píramo, y, considerando que ella ha sido la causa de su muerte, se suicida. A partir de entonces la morera o moral, que hasta entonces había dado moras blancas, tiñe sus frutos del rojo color de la sangre. Los padres acaban guardando las cenizas de los dos amantes en una urna común.
Viñeta del cómic Metamorphoses, de Rubricastellanus
Cuando la pasión del amor se hace tan fuerte entre los jóvenes que el muro ya no puede separarlos, deciden huir de casa y encontrarse en el bosque, junto a la tumba del legendario rey Nino, fundador de Nínive y esposo enamorado de Semíramis, que le sucedió en el trono, debajo de una morera o moral. Tisbe es la primera en llegar y se encuentra con un león que acaba de matar a su presa, por lo que huye despavorida y pierde su manto en la huida; el león desgarra, destroza y mancha con su boca ensangrentada el manto de Tisbe. Llega después Píramo y descubre el manto ensangrentado de Tisbe. Sospecha que el león ha devorado a Tisbe, lamenta haber llegado tarde y en un alarde trágico se quita la vida ante la pérdida de su amada. Tisbe sale entonces de la cueva donde se había refugiado y descubre el cadáver de su amado Píramo, y, considerando que ella ha sido la causa de su muerte, se suicida. A partir de entonces la morera o moral, que hasta entonces había dado moras blancas, tiñe sus frutos del rojo color de la sangre. Los padres acaban guardando las cenizas de los dos amantes en una urna común.
Píramo y Tisbe, de Pierre-Claude Gautherot (1799)
He aquí como ilustración de la historia ovidiana una rara singularidad: un vídeo nada más y nada menos que de los legendarios Beatles interpretando la trágica historia de Píramo y Tisbe del Sueño de una noche de verano de W. Shakespeare. El vídeo está subtitulado en castellano y coloreado. La versión original es en blanco y negro y data de 1964. En abril de ese mismo año, recién llegados al Reino Unido tras su
primer viaje a los EEUU y en plena
beatlemanía, el grupo no le hizo ascos a interpretar con una
envidiable desvergüenza y no poco desenfado esta pieza que no deja de ser una bufonada para televisión.
John Lennon (el tercero por la izquierda) interpreta el
personaje femenino de Tisbe, McCartney hace de Píramo (el primero), George Harrison (segundo) es el
Rayo-de-Luna y Ringo Starr (el último) encarna al León. La historia del amor no imposible pero
sí prohibido de Tisbe y Píramo fue tomada en préstamo -no vamos a decir robada, que quedaría muy mal- por el dramaturgo inglés a Ovidio y fue
la inspiración sin duda para Romeo y Julieta. Si Ovidio cobrara derechos de autor, que no los cobra, sería multimillonario.
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