Porque
eran las mujeres las que celebraban los ritos de Baco. Serán las
mujeres de Tebas las que, cuando llegue la fiesta, se liberarán del
yugo que la sociedad en general y la ciudad en particular les imponía entregándose a la
bacanal. El rey Penteo prohibirá su celebración para evitar
desórdenes públicos. No le gusta ese dios llamado Baco o Dioniso,
un forastero que tiene algo de femenino, lascivo y afrodisiaco, como reconoce él mismo en la tragedia de Eurípides
«Las Bacantes» (vv. 233-238):
Y
dicen que ha venido un extranjero aquí,
hechicero
encantador del país de Lidia,
que
de rubios bucles lleva melena perfumada,
con
la oscura magia de Afrodita en su mirada,
que
durante el día y por la noche se entretiene
organizando
bacanales de muchachas.
Cuando
llegaban las fiestas, las esposas abandonaban a sus maridos y las
madres a sus hijos así como el gineceo -la habitación presidida
por la rueca y el telar que dentro de la casa les estaba reservada a
las mujeres, donde hilaban y tejían- y las labores propias de su
sexo, y, huyendo de «sus labores», iban a los montes a
encontrarse en estado libre y salvaje con la naturaleza, que era el
templo donde se le rendía culto al dios, cuyo techo era el cielo
abierto.
La juventud de Baco, William Bouguereau (1884)
Son
muchas las quejas de las mujeres que, a través de la literatura clásica,
hemos recibido. Por ejemplo el propio Eurípides, pone en boca de
Medea (vv. 230_231) la siguiente consideración:
De todo cuanto hay con
vida y tiene juicio,
la criatura más
desgraciada somos las mujeres.
¿Qué
hacen las bacantes en el monte? En las bacanales hay dos elementos
primordiales: uno es la música y la danza: La música es un elemento
terapéutico y purificador, diríamos que catártico. Predomina la
flauta frigia, como instrumento, Con el acompañamiento de flautas,
tambores y platillos, los fieles, en particular las mujeres, bailaban
hasta entrar en trances extáticos. El otro elemento es el consumo de
vino, que, indudablemente, tiene también una función terapéutica,
el vino quita las penas proporcionando el olvido de los problemas, y
el sueño reparador. Eso hace que el adivino Tiresias exclame en
la misma tragedia de Eurípides (vv. 282-283)
«el
sueño y el olvido da de males diarios
y
no hay de penas ninguna otra medicina»
Bacchanalia, Auguste Levêque (1864-1921)
De
alguna manera Baco, o Dioniso, es el dios de la liberación. Los
romanos le llamaban el padre Líber. En principio de la
liberación de la mujer, pero no sólo de la mujer. El dios quiere que se le dé culto
sin diferencia de clases y por eso ofrece por igual al
rico y al pobre el don del vino que
aleja los pesares y preocupaciones. Sin diferencias de clase social ni de
sexos, Baco, o Dioniso, viene a liberar a los tebanos de la opresión
a la que están sometidos. La opresión no es sólo el poder que
encarna Penteo, que a fin de cuentas es un gobernante racionalista
que no quiere desórdenes en la ciudad, la opresión es la ciudad misma, la sociedad tal y como está establecida, por eso las
bacantes invitan a huir de las calles de Tebas y a ir a danzar a los
montes. Proponen la evasión de la ciudad, de la polis, el mayor
logro de la civilización griega de época clásica, de la
organización política, y la vuelta a la naturaleza. Una vez que
lleguen allí se entregarán a la danza desenfrenada, liberadora, que
les conducirá al éx-stasis, a un salirse de sí mismas.
La
ciudad oprimía a los esclavos, privados de libertad, y a los metecos
o extranjeros que vivían lejos de sus ciudades de origen sin muchos derechos, pero
también a los hombres libres, a los propios ciudadanos. El propio Eurípides en Hécuba hace
decir a la reina de Troya (vv. 864-867):
¡Ay!
De los mortales no hay ninguno que sea libre;
que
o se es esclavo del dinero o de la suerte,
o
la mayoría democrática o los decretos
a
usar te fuerzan normas contra tu criterio.
La
falta de libertad no se debe sólo a la existencia de un poder político opresor: la falta de libertad es consustancial al ser humano, que ha
huido de la naturaleza y se ha impuesto el yugo de la ley. En el ritual dionisíaco hay otros elementos que corroboran este retorno a la naturaleza: Se descuartiza un carnero con las propias manos, sin ayuda de ningún
utensilio, la técnica humana es despreciada. A continuación, se produce la ingestión de su carne cruda, no cocinada, lo que supone el
mismo desprecio hacia la civilización, personificada aquí por el hallazgo del fuego, que le debemos a Prometeo, que sería el desencadenante de la civilización.
El triunfo de Baco o Los borrachos, de Velázquez (1629)
En el año 186 a. de C., el Senado de Roma decidió prohibir el culto a Baco, extendido por Italia y la propia Roma ("Romae primum, deinde per totam Italiam"), que se consideró como una verdadera conspiración para derrocar el régimen imperante. Los senadores romanos veían en estas ceremonias atroces orgías de sexo y sangre con un componente sádico, por lo que decidieron reprimirlas publicando el senadoconsulto "de Bacchanalibus". El historiador Tito Livio nos lo narra ampliamente en su Historia de Roma, libro 49, capítulos 8-18.
Quiero darte amablemente las gracias por esta entrada en tu blog, me ha resuelto muchas dudas, curiosamente termine buscando sobre estos temas al leer "El Nacimiento de la Tragedia" de Friedrich Nietzsche y al darme cuenta que no tenia prácticamente idea de lo que decía en muchas de sus ideas (una obra ciertamente compleja), tuve que recurrir a leer información externa al libro, llegando a "Poética" de Aristóteles y las tragedias de Esquilo y Sófocles, entre otras fuentes, ahora tengo una idea un poco mas clara. Un saludo! :-)
ResponderEliminarGracias por tu amable comentario. Me alegra de que la entrada te haya servido para entender un poco mejor a Nietzsche, que era filólogo clásico. Un saludo:-)
EliminarGracias.
ResponderEliminarMaravilloso trabajo.