viernes, 24 de octubre de 2014

Dinero



Al parecer, el edificio del antiguo Banco de España de Santander, que iba a ser la sede del MUPAC, acrónimo del Museo de Prehistoria y Arqueología de Cantabria, va a convertirse finalmente en una sucursal del Museo Reina Sofía, que albergará el Archivo Lafuente que contiene numerosas obras de arte escultóricas, pictóricas y gráficas,   que recala así en la capital cántabra, convirtiéndose  en una subsede filial del Centro de Arte, con lo que “Cantabria pasa a ser una potente referencia internacional en arte moderno y contemporáneo, lo que va a tener una enorme trascendencia para nuestra comunidad autónoma no sólo en el ámbito cultural, sino también en el social y económico", en palabras de la jerga política del presidente cántabro.


Supongo que esta noticia cacareada por la prensa local no tiene nada que ver con la colocación del siguiente logo, vamos a llamarlo provisionalmente así, o muestra de arte callejera, en la fachada de la puerta de entrada del antiguo Banco de España: una corona real de tres puntas, bajo la que puede leerse la significativa palabra dinero dividida en sílabas. Moderna obra de arte, sin duda, con la que se sugiere –a la puerta de lo que todavía figura como Banco de España en doradas letras mayúsculas- que el dinero es el Rey, o que el único Rey que reina en el mundo, más allá de todos los nombres propios de todos los monarcas, es don Dinero, el poderoso caballero, como diría Quevedo, y a decir verdad, el más poderoso de todos los caballeros, por no ascenderlo en la moderna teología económica a la categoría ontológica suprema del único Dios verdadero.

 
Es algo que sabemos muy bien todos los españoles, que lo decimos en castellano: “El dinero es el rey del mundo”.  Y lo decían antes que nosotros los romanos en latín: Pecunia regina mundi (pecunia es femenino, por eso se dice que es la reina y no el rey del mundo; tanto monta, monta tanto), y “sola pecunia regnat”, que escribió Petronio en una de las primeras novelas de nuestro mundo, El Satiricón: “Sólo el dinero reina”. Y también, en latín, Publilio Siro: “Pecunia una regimen est rerum omnium”: el dinero es el único soberano que rige todas las cosas.

La palabra dinero, por cierto, deriva de DENARIUM, que por un lado conservamos como cultismo en la forma “denario”, nombre de la antigua moneda romana de plata que valía diez ases, y por otro lado ha evolucionado como palabra patrimonial a “dinero  (y a dinar, en diversos países árabes). 

Bien está que a la puerta de la sede del antiguo Banco de España algún artista callejero nos recuerde algo tan elemental que olvidan los ingenuos que creen que vivimos en el régimen democrático y constitucional de una monarquía parlamentaria, donde se supone que gobierna el pueblo soberano, e ignoran algo tan básico como que nos gobiernan los mercados, como se decía hace unos años, con un eufemismo que, rayando en lo ridículo, quería ocultar la verdadera cara económica del rey del mundo.

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