(sed: pero / ego: yo / teleuisionem: la televisión / uidere: ver / possum: puedo).
El consuelo del pájaro prisionero: él por lo menos puede ver desde su jaula el electrodoméstico estupefaciente de la pequeña pantalla que preside los modernos hogares y suplanta a las llamas del verdadero fuego del hogar. La viñeta recuerda a la fábula clásica del perro domesticado y el lobo salvaje, muerto de hambre pero libre al fin y al cabo, y aquella moraleja que sacaba Samaniego de la fábula de Fedro: "no hay bocado en sazón para un esclavo".
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(si quid: si algo / pulchurm est: es bonito / non: no / opus est: es necesario el...)
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Una buena representación gráfica de lo que podríamos llamar la inflación egocéntrica, algo que nos hace especialmente odiosos a los demás: nuestra egolatría, egoísmo, y egotismo, valga el anglicismo, para el prurito de hablar de uno mismo y alimentar la exagerada hinchazón de la personalidad -la máscara- propia: es decir, yo, yo y nadie más que yo.
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(si quid: si algo / pulchurm est: es bonito / non: no / opus est: es necesario el...)
El anglicismo "marketing" procede del alemán Markt, que a su vez deriva del antiguo alemán Markat o Merkat, que procede del latín MERCATUM, al igual que el francés marché, el catalán mercat o el castellano mercado, más el sufijo -ing del gerundio que últimamente se lo aplicamos a todo, tal es la pujanza de la lengua del Imperio: footing, bulling, spinning, balconing e incluso, puenting, en el colmo de los colmos.
Marketing es, por lo tanto, la técnica del mercadeo, la técnica del comerciante y del comercio, palabras, por cierto, que incluyen la raíz MERC-, lo que equipara el comercio y el mercado etimológicamente hablando, pero también la mercancía, la merced -paga, recompensa- y el mercenario -el que guerrea o trabaja, sin más, por un salario-, la mercería, el mercader y el marchante, del francés marchand, hasta llegar al despectivo mercachifle -mercader de poca monta; palabras todas derivadas de MERCEM "mercancía" y del verbo MERCARI "comprar, adquirir con dinero", de donde también nuestro mercar, mercante, mercantil y mercantilismo.
Marketing es, por lo tanto, la técnica del mercadeo, la técnica del comerciante y del comercio, palabras, por cierto, que incluyen la raíz MERC-, lo que equipara el comercio y el mercado etimológicamente hablando, pero también la mercancía, la merced -paga, recompensa- y el mercenario -el que guerrea o trabaja, sin más, por un salario-, la mercería, el mercader y el marchante, del francés marchand, hasta llegar al despectivo mercachifle -mercader de poca monta; palabras todas derivadas de MERCEM "mercancía" y del verbo MERCARI "comprar, adquirir con dinero", de donde también nuestro mercar, mercante, mercantil y mercantilismo.
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(omnia: todas las cosas / quae: que / dicunt: dicen /
sunt: son / nihil: nada /
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