Corpulento: Se trata de un antiguo adjetivo que aparece ya en Plauto, formado sobre el sustantivo corpus, que significa "cuerpo", más el sufijo -ulentus. La RAE define lo define como "de gran corpulencia" y la "corpulencia" como "la grandeza y magnitud de un cuerpo natural o artificial".
Feculento: Quiere decir lleno de heces, de posos, de fango, y, por lo tanto, turbio. Procede de faex faecis, cuya forma de acusativo faecem evoluciona a "hez" en castellano, que usamos sobre todo en plural "heces" y que propiamente significa "sedimento de un líquido" y de ahí "lo más vil y despreciable de algo". Otros derivados cultos de esta palabra son "fecal, fécula, defecar, y soez (antiguamente sohez)".
Flatulento: Este adjetivo, que no existía en latín clásico, se formó tardíamente sobre flatus -us, que quiere decir "soplo, aire" y de ahí también "ventosidad", por lo que significa "acumulación molesta de gases en el tubo digestivo".
Flatulento: Este adjetivo, que no existía en latín clásico, se formó tardíamente sobre flatus -us, que quiere decir "soplo, aire" y de ahí también "ventosidad", por lo que significa "acumulación molesta de gases en el tubo digestivo".
Fraudulento: En latín clásico está ya atestiguado, formado sobre el sustantivo fraus fraudis, que quiere decir "fraude, engaño" por lo que es sinónimo de engañoso y de falaz.
Opulento: Del latín opulentus -a -um. La forma femenina era un epíteto de la diosa Ops, la Tierra, identificada con la madre Cibeles: opulenta Ops. Ops opis significa "poder, fuerza, riqueza".
Purulento: Procede de pus puris, con rotacismo, que significa "pus, suciedad", relacionado etimológicamente con el verbo "supurar". "Purulento" significa, pues, "que tiene pus".
Suculento: Adjetivo formado sobre sucus -i ("savia, juto") y el sufijo -ulentus que nos ocupa, y que puede glosarse por "lleno de" o "abundante en", por lo que significa "jugoso, sustancioso, muy nutritivo".
Truculento: Deriva de trux trucis que quiere decir "fiero, salvaje" más el sufijo -ulentus, por lo que quiere decir según la RAE "que sobrecoge o asusta por su morbosidad, exagerada crueldad o dramatismo".
Turbulento: Formado sobre turba -ae que es "desorden, agitación" más -ulentus. Está relacionado etimológicamente con el adjetivo "turbio", por lo que quiere decir "tubio y agitado" y referido a una persona "agitador".
Virulento: Formado sobre virus -i que significa "veneno, baba, hiel", y que conservamos en castellano como cultismo cuando hablamos de agentes infecciosos, más el sufijo -ulentus, por lo que significa "venenoso, ponzoñoso".
... y también rima con friolento, macilento, sanguinolento, somnoliento o soñoliento, vinolento y violento.
Friolento: De creación romance sobre el modelo de violento, formado sobre frío y el sufijo que nos ocupa..
Macilento: Formado sobre el adjetivo macer, macra, macrum, que quiere decir "delgado, enjuto", de donde procede nuestro "magro" y nuestro "enmagrecer" sinónimo de "adelgazar" así como nuestro "demacrado", y el sufijo -ulentus, evolucionado a -ilentus. Macilentus se oponía en latín a corpulentus como antónimo. En castellano, quiere decir "flaco y descolorido".
Sanguinolento: En latín antiguo se decía sanguinulentus. La grafía sanguinolentus es más tardía, y de ella procede nuestro vocablo. Está formado con el sustantivo sanguis sanguinis, que significa "sangre", y el sufijo -ulentus, evolucionado a -olentus. El significado es "que echa sangre".
Somnoliento/soñoliento: En latín se decía somnulentus. Formado sobre somnus -i "sueño, entendido como acción de dormir" y el sufijo que nos ocupa. En castellano tenemos el doblete somnoliento (cultismo) / soñoliento (palabra patrimonial).
Vinolento: Coexisten en latín la forma uinulentus y uinolentus, formadas ambas sobre uinum -i, que quiere decir "vino", y el sufijo -ulentus. La forma uinolentus sufrió el influjo de uiolentus, dado que ambas nociones suelen asociarse comúnmente. Así por ejemplo Lucrecio habla de la "uiolentia uini" o la violencia que produce la ingesta desmesurada de vino.
Violento: Del latín uiolentus -a -um, un adjetivo muy usado durante toda la latinidad, lo mismo que el sustantivo uiolentia. La o de uiolentus en lugar de u es normal después de vocal. Está formado sobre el sustantivo uis uis, que quiere decir "fuerza, agresividad, vigor, poder" y el sufijo -ulentus modificado como -olentus. Esta palabra tiene relación etimológica con uir uiri "varón" y con uirtus uirtutis que es lo propio del varón, o sea, la hombría, el valor, la virilidad.
Érase una vez un opulento banquero que había heredado una considerable y nada macilenta fortuna y que, pese a la crisis económica o quizá por ella misma, nadaba, como se suele decir, en la opulencia más escandalosa. Su suculento patrimonio se había fraguado a lo largo de muchas décadas con el patrocinio de empresas fraudulentas y negocios turbios y no poco turbulentos. Sus enemigos siempre decían que tener trato con él era como tener un grano purulento en la mejilla que, a fuerza de acariciarlo, se volvía sanguinolento. Físicamente, era un tipo fornido y corpulento, de duras facciones, y, habida cuenta de su afición gastronómica al cocido, de pesadas digestiones y de estómago e intestino flatulentos. Muy vinolento por su adicción a la sangre consagrada de Cristo, solía ponerse muy violento cuando alguien le llevaba la contraria, por lo que daba rienda suelta a su marcado carácter virulento y agresivo, y, en algunos casos, hasta cruel y truculento, o bien se ponía, después de haber trasegado él solo una botella de vino de rancia y feculenta cepa, triste y melancólico; y eructaba entonces y luego se sumergía en un silencio muy friolento con sofocos repentinos de calor que lo inducían a una modorra somnolienta, si no soñolienta.
... y también rima con friolento, macilento, sanguinolento, somnoliento o soñoliento, vinolento y violento.
Friolento: De creación romance sobre el modelo de violento, formado sobre frío y el sufijo que nos ocupa..
Macilento: Formado sobre el adjetivo macer, macra, macrum, que quiere decir "delgado, enjuto", de donde procede nuestro "magro" y nuestro "enmagrecer" sinónimo de "adelgazar" así como nuestro "demacrado", y el sufijo -ulentus, evolucionado a -ilentus. Macilentus se oponía en latín a corpulentus como antónimo. En castellano, quiere decir "flaco y descolorido".
Sanguinolento: En latín antiguo se decía sanguinulentus. La grafía sanguinolentus es más tardía, y de ella procede nuestro vocablo. Está formado con el sustantivo sanguis sanguinis, que significa "sangre", y el sufijo -ulentus, evolucionado a -olentus. El significado es "que echa sangre".
Somnoliento/soñoliento: En latín se decía somnulentus. Formado sobre somnus -i "sueño, entendido como acción de dormir" y el sufijo que nos ocupa. En castellano tenemos el doblete somnoliento (cultismo) / soñoliento (palabra patrimonial).
Vinolento: Coexisten en latín la forma uinulentus y uinolentus, formadas ambas sobre uinum -i, que quiere decir "vino", y el sufijo -ulentus. La forma uinolentus sufrió el influjo de uiolentus, dado que ambas nociones suelen asociarse comúnmente. Así por ejemplo Lucrecio habla de la "uiolentia uini" o la violencia que produce la ingesta desmesurada de vino.
Violento: Del latín uiolentus -a -um, un adjetivo muy usado durante toda la latinidad, lo mismo que el sustantivo uiolentia. La o de uiolentus en lugar de u es normal después de vocal. Está formado sobre el sustantivo uis uis, que quiere decir "fuerza, agresividad, vigor, poder" y el sufijo -ulentus modificado como -olentus. Esta palabra tiene relación etimológica con uir uiri "varón" y con uirtus uirtutis que es lo propio del varón, o sea, la hombría, el valor, la virilidad.
Érase una vez un opulento banquero que había heredado una considerable y nada macilenta fortuna y que, pese a la crisis económica o quizá por ella misma, nadaba, como se suele decir, en la opulencia más escandalosa. Su suculento patrimonio se había fraguado a lo largo de muchas décadas con el patrocinio de empresas fraudulentas y negocios turbios y no poco turbulentos. Sus enemigos siempre decían que tener trato con él era como tener un grano purulento en la mejilla que, a fuerza de acariciarlo, se volvía sanguinolento. Físicamente, era un tipo fornido y corpulento, de duras facciones, y, habida cuenta de su afición gastronómica al cocido, de pesadas digestiones y de estómago e intestino flatulentos. Muy vinolento por su adicción a la sangre consagrada de Cristo, solía ponerse muy violento cuando alguien le llevaba la contraria, por lo que daba rienda suelta a su marcado carácter virulento y agresivo, y, en algunos casos, hasta cruel y truculento, o bien se ponía, después de haber trasegado él solo una botella de vino de rancia y feculenta cepa, triste y melancólico; y eructaba entonces y luego se sumergía en un silencio muy friolento con sofocos repentinos de calor que lo inducían a una modorra somnolienta, si no soñolienta.
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