Conviene
analizar el lenguaje de la publicidad y detectar en él los elementos
sexistas que componen su código machista. La firma “Paco Rabanne” eligió hace unos años como modelo para la campaña publicitaria
de su nuevo perfume 'Invictus' a un conocido jugador de rugby
australiano, que cambió los focos del estadio por los del estudio fotográfico, y que
desde entonces aparece en numerosos soportes publicitarios. El deportista, que exhibe
su torso desnudo, pecho y brazo musculosos tatuados a la moda, se
presenta como si fuera un héroe
olímpico que puede con todo y con todos con tal de lograr la victoria
final, lo único
que parece importarle en la vida.
Es muy significativo el nombre comercial elegido para la colonia, el latinajo “invictus”,
término forjado sobre el participio del verbo vencer, “uictus”, con el prefijo
negativo in-, que incorpora la negación "no" a la palabra, que
significa por lo tanto invicto, no
vencido, y, por consiguiente, invencible, infatigable. El nombre de la colonia evoca
también, cómo no, la memorable película homónima de Clint Eastwood del año
2009 sobre tema deportivo protagonizada por Morgan Freeman y Matt Damon.
Existe en latín otro derivado del verbo “vencer”, con sufijo de agente
masculino –tor (uictor “vencedor”), que podría haber servido
para nombre de la colonia. VICTOR, en efecto, sugeriría que el
deportista ha resultado vencedor en una competición, pero
INVICTUS significa mucho más que vencedor ocasional, quiere decir que no
ha sido vencido nunca, que es un vencedor nato y un triunfador
constante. De
VICTOR deriva precisamente nuestro “vítor”, y el verbo “vitorear”, con
el significado de
aclamar al campeón, y de VICTOR deriva también VICTORIA, que era una
diosa
alada. A Nice (Niké) la imaginaron los griegos como la personificación
de la
victoria, con alas y volando con gran rapidez.
En el templo que le consagraron en la acrópolis de Atenas a Atenea Nice representaron por primera vez a la diosa sin alas, áptera que se dice en griego, para que nunca pudiera abandonar la ciudad, después de la gloriosa victoria sobre los persas en la batalla de Salamina. Pero salvo esa excepción, la Victoria ha sido representada siempre con alas. Con la iconografía alada de la victoria juega, precisamente, el anuncio de Invictus: el frasco tiene forma de trofeo olímpico, de manera que quien lo adquiere en la tienda parece que se lleva consigo la copa laureada de la victoria. Asimismo, en la caja que contiene el eau de toilette hay dos alas sobre la orla del título INVICTUS:
Victoria alada de Samotracia en el museo del Louvre.
En el templo que le consagraron en la acrópolis de Atenas a Atenea Nice representaron por primera vez a la diosa sin alas, áptera que se dice en griego, para que nunca pudiera abandonar la ciudad, después de la gloriosa victoria sobre los persas en la batalla de Salamina. Pero salvo esa excepción, la Victoria ha sido representada siempre con alas. Con la iconografía alada de la victoria juega, precisamente, el anuncio de Invictus: el frasco tiene forma de trofeo olímpico, de manera que quien lo adquiere en la tienda parece que se lleva consigo la copa laureada de la victoria. Asimismo, en la caja que contiene el eau de toilette hay dos alas sobre la orla del título INVICTUS:
La exaltación clásica de la belleza del cuerpo masculino regresa a la publicad de la mano de los deportistas más atractivos para vendernos lo que se tercie: desde unos calzoncillos, hasta unos vaqueros de marca o, sobre todo por estas fechas, las más seductoras aguas de colonia, como en este caso, que nos garantizarán el éxito sexual. En la imagen de los paneles publicitarios, el frasco de perfume con forma de trofeo ocupa el lugar central inferior, surge de abajo, de la entrepierna del modelo semidesnudo (desnudos, por cierto, competían en Olimpia los atletas griegos) como símbolo no sólo fálico, sino propiamente itifálico, a cuyos lados dos musas sugieren con sus cuerpos ondulados y sensuales las alas de la victoria, para elevarnos a los cielos del orgasmo del triunfo, dando a entender que esta fragancia hace al macho irresistible.
En el spot televisivo, además, que juega con tonos grises, negros y blancos para
hacerlos más sugerentes, pueden apreciarse varios elementos
argumentales: la imagen del modelo que al salir del vestuario parece un
gladiador, un Espártaco que muestra su mejor cara al público y a la
prensa; se abre paso entre dos figuras griegas para recibir la ovación
del público en el estadio; a continuación se enfrenta a un equipo
completo de Rugby, contrincantes de yeso y no de carne musculosa y hueso
como él, a los que arrumba con un solo movimiento de sus brazos;
después aparece una diosa inmaculadamente blanca, tal vez la propia
Victoria, la griega Nice, que lo señala con su dedo como el elegido para
la gloria, volvemos a ver figuras griegas semejantes a nubes que junto al humo
blanco nos
transportan al Olimpo,y tras una especie de rayo
fulminante de Zeus, la recompensa: el trofeo que porta sobre su hombro
derecho. Cuando el campeón vuelve al vestuario, se encuentra allí con
otra recompensa de carne y hueso: cinco señoritas semidesnudas cubiertas
sólo con sugerentes sábanas blancas que esperan al heroico gladiador
que ha acariciado el éxito. Él, el triunfador, se muestra satisfecho y
sonríe de soslayo a la cámara.
La canción elegida para este anuncio no podía llamarse menos que "Power", (poder en la lengua del Imperio) interpretada por Kanye West, que alcanzó en el año 2010 importantes posiciones en los listados de popularidad más importantes de todo el mundo, siendo uno de los discos que más se vendieron y, por lo tanto, uno de los más vendidos.
¿A qué huele, a todo esto, el aroma de la Victoria? Pues técnicamente es lo de menos, pero para los curiosos es una fragancia que mezcla pachulí, ámbar gris, madera de guaiac o palisandro, acordes marinos, cáscara de pomelo y, cómo no, laurel, símbolo de la victoria donde los haya. La salida es fresca, muy fresca como buena fragancia inspirada en el deporte, pero, al contrario que otras que también se centran en este tema, las notas de corazón y fondo se tornan en un olor mucho más seductor.
La canción elegida para este anuncio no podía llamarse menos que "Power", (poder en la lengua del Imperio) interpretada por Kanye West, que alcanzó en el año 2010 importantes posiciones en los listados de popularidad más importantes de todo el mundo, siendo uno de los discos que más se vendieron y, por lo tanto, uno de los más vendidos.
¿A qué huele, a todo esto, el aroma de la Victoria? Pues técnicamente es lo de menos, pero para los curiosos es una fragancia que mezcla pachulí, ámbar gris, madera de guaiac o palisandro, acordes marinos, cáscara de pomelo y, cómo no, laurel, símbolo de la victoria donde los haya. La salida es fresca, muy fresca como buena fragancia inspirada en el deporte, pero, al contrario que otras que también se centran en este tema, las notas de corazón y fondo se tornan en un olor mucho más seductor.
Hemos
idealizado tanto la victoria que hemos olvidado que el vencedor no es,
por el hecho circunstancial de haber ganado en una competición, mejor
que el vencido. Habría
que recordar aquí el epitafio que le dedicó el poeta Lucano a Catón de
Útica, el último republicano romano, al que le hizo el mayor elogio que
podía hacérsele a un hombre. Hizo un juego de palabras sobre la causa vencedora (uictrix) y la
vencida (uicta) en la guerra civi: uictrix causa deis placuit,
sed uicta Catoni: “plugo a los dioses razón vencedora, a Catón la
vencida”. A Catón no le convenció la causa ganadora, porque no por haber
ganado era mejor, sino todo lo contrario. Agradó a los dioses, que así lo consintieron, pero no a
Catón, amante de una causa perdida, la libertad republicana que cercenó
la guerra civil.
muy útil gracias :)
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