La Fortuna suele representarse en
la Edad Media como una mujer de gran estatura y majestad, –acorde con la importancia
semidivina que se le daba en la antigüedad romana- a menudo coronada como reina, que hace girar con una manivela una noria: la
rueda de la fortuna, con la que reparte penas y alegrías, éxitos y fracasos.
Aunque hay muchas versiones gráficas de esta rueda, la más común suele presentar cuatro
figuras humanas encaramadas en la rueda que no reflejan, como podría parecer a primera vista, a cuatro personas distintas, sino a la misma persona en
cuatro etapas diferentes de su vida cronológicamente ordenadas.
La Rueda de la Fortuna
La figura de la izquierda, a media altura y en raudo ascenso, suele ir
acompañada de la palabra latina REGNABO (reinaré); la segunda,
colocada en lo alto de la rueda y coronada y sentada en un trono, suele llevar
el cartel de REGNO (reino,
estoy reinando); la tercera, a la derecha y en claro descenso, la leyenda
REGNAVI (he reinado,
reiné), y en la posición más baja de
la rueda, la figura humana yace derribada con el texto SVM SINE REGNO (estoy sin reino).
Rota Fortunae
La primera mención literaria de
esta rueda que gira veloz y conforma el destino de la humanidad aparece quizá en la Consolación de la
Filosofía de Boecio, que es un diálogo en prosa y verso, escrito en el
siglo V después de Cristo en latín en cinco libros, entre un prisionero
condenado a muerte y la Filosofía, personificada como una dama noble, que lo
consuela de un modo estoico antes de su ejecución a fin de que asuma resignadamente
su destino fatal.
Leemos en Boecio (Consolación de
la Filosofía, libro segundo, prosa primera, 18-19): Fortunae te regendum
dedisti, dominae moribus oportet obtemperes. tu uero uoluentis rotae impetum
retinere conaris? at, omnium mortalium stolidissime, si manere incipit fors
esse desistit.
Te entregaste a la fortuna para ser dirigido por ella, conviene que te
adaptes a las costumbres de tu señora. ¿Intentas tú de verdad detener el ímpetu de su rueda giratoria? Ah
el más necio tú de todos los mortales, si la Fortuna empieza a quedarse quieta deja
de ser la suerte que es.
La Rueda de la Fortuna, Edward Burne-Jones (1883)
Más adelante leemos lo que le dice
la propia Fortuna, con un plural mayestático, al condenado (íbidem, prosa segunda, 9-10):
haec nostra uis est, hunc continuum ludum ludimus: rotam uolubili orbe uersamus,
infirma summis, summa infimis mutare gaudemus. ascende si placet, sed ea lege,
ne uti cum ludicri mei ratio poscet descendere iniuriam putes. an tu mores
ignorabas meos?
Esta es nuestra fuerza, jugamos a este juego continuo: movemos una rueda de giro voluble, nos alegramos poniendo lo de abajo
arriba, lo de arriba abajo. Sube si te agrada, pero con esta condición, no
creas que es una injusticia cuando te lo pida la lógica de mi juego. ¿Acaso
ignorabas tú mis costumbres?
En los cánticos goliárdicos de lo siglos XII y XIII hallados en el monasterio de Beuern (Carmina Burana) encontramos una célebre comparación sobre la fortuna, que es variable y cambia como la Luna, adoptando diversas fases: de pronto pasa de cuarto creciente a luna llena, y de ahí a cuarto menguante y, por fin, a luna nueva: O fortuna uelut Luna... Oigamos, una vez más, la versión de Karl Orff. Ofrezco una traducción en versión rítmica, con rimas, apta para cantar en castellano si alguien se anima, donde me he tomado la licencia, de traducir "dorsum nudum" por "culo al aire", que los goliardos me perdonarán.
En los cánticos goliárdicos de lo siglos XII y XIII hallados en el monasterio de Beuern (Carmina Burana) encontramos una célebre comparación sobre la fortuna, que es variable y cambia como la Luna, adoptando diversas fases: de pronto pasa de cuarto creciente a luna llena, y de ahí a cuarto menguante y, por fin, a luna nueva: O fortuna uelut Luna... Oigamos, una vez más, la versión de Karl Orff. Ofrezco una traducción en versión rítmica, con rimas, apta para cantar en castellano si alguien se anima, donde me he tomado la licencia, de traducir "dorsum nudum" por "culo al aire", que los goliardos me perdonarán.
O
Fortuna / velut luna, / statu variabilis, / semper crescis / aut
decrescis; / vita detestabilis
Oh Fortuna, / tal que
luna / de variable condición, / siempre creces / o decreces; / Vida
de abominación,
nunc
obdurat / et tunc curat / ludo mentis aciem, / egestatem, /
potestatem / dissolvit ut glaciem.
ora ataca / y ora
aplaca / nuestra mente sin control, / la pobreza, / la riqueza, /
funde como hielo al sol.
Sors immanis / et inanis, / rota tu volubilis, / status malus, / vana salus / semper dissolubilis,
Suerte vana / e
inhumana, / rueda que girando vas, / inestable, / ser mudable, /
siempre nos arruinarás,
obumbrata / et velata /
michi quoque niteris; / nunc per ludum / dorsum nudum / fero tui
sceleris.
empañada / y velada /
me arrollas también a mí; / ya al desgaire / culo al aire / llevo
por tu frenesí.
Sors salutis / et virtutis / michi nunc contraria, / est affectus / et defectus / semper in angaria.
En salud / y en virtud
/ me es contraria la ocasión, / mis apegos / y despegos / siempre en
mala situación.
Hac in hora / sine mora /
corde pulsum tangite; / quod per sortem / sternit fortem, / mecum
omnes plangite!
A esta hora, / sin
demora, / toque a cuerdas resonad; / que la suerte / tumbe al fuerte
/ todos conmigo llorad.
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