lunes, 2 de julio de 2018

Plus es más (De pluses, pliegues y pluralidades).

PLUS ES MÁS

La raíz indoeuropea *PL- con vocalismo reducido expresa, por lo que parece, la idea de “multiplicidad y abundancia“. La encontramos en el adjetivo PL-ENUS, que origina nuestro doblete pleno/lleno , en PL-US que conservamos en plural, en PL-EBS , que origina plebe y plebeyo, y en el verbo PLEO que con varios prefijos conservamos en completo, repleto, implemento, complemento, suplemento y en cumplir y suplir. La misma raíz *PL con vocalismo /o/, crea en griego el adjetivo polu/j, que quiere decir “mucho” y que da origen al prefijo poli- que usamos con ese mismo valor: polivalente, polideportivo, politeísta, polinomio... 

PLEX- PLEJ-

Si le añadimos a la susodicha raíz *PL- el alargamiento -EK, adquiere entonces el valor de “ensamblamiento”. Así se ve en el verbo griego πλέκω que significa trenzar. Esta raíz se conserva en latín con un añadido consonántico dental -T- en el verbo PLECTO, que quiere decir tejer, entrelazar, cuyo participio es PLEXUS y está formado verosímilmente por analogía con su tema de perfecto PLEXI, donde X representa los fonemas CS, una vez que ha desaparecido la T asimilada a la S del tema de perfecto (PLEXI<PLECSI<PLECTSI). Este participio PLEXUS origina nuestro cultismo castellano plexo “red formada por filamentos nerviosos o vasculares entrelazados” utilizado en anatomía: plexo hepático, plexo sacro, plexo solar.

También tenemos en latín un compuesto COMPLECTOR “abrazar, abarcar”, cuyo participio COMPLEXUS nos proporciona otra raíz, que conservamos en castellano en la palabra complexión “conjunto de las características físicas de un individuo, que determina su aspecto, fuerza y vitalidad”, y en castellano actual complejo, complejidad, acomplejar desde que una norma ortográfica de la Academia de 1815 sustituyó la grafía x por j.


Otro compuesto latino de esta raíz con el prefijo PER-, que le da un acusado valor intensivo, es PERPLEXUS, que significa “entrelazado, confundido, sinuoso, tortuoso”, de donde procede nuestro perplejo.

APEPÉS (APLICACIONES)


Esta misma raíz, *PL-EK- modifica su timbre vocálico y se convierte en latín en /plik/, como en el verbo PLIC-ARE que quería decir doblar, y que origina plegar (y plica y pliego y pliegue) y llegar. Si recurrimos a varios prefijos y se los anteponemos a este verbo, obtenemos una rica familia de compuestos, como:


AP-PLIC-ARE, que es el origen de nuestro cultismo aplicar (y aplique y aplicado) y del término patrimonial allegar y sus numerosos allegados, así como de las APEPÉS: APP no es un acrónimo ni una abreviatura castellana sino inglesa de application, aplicación en la lengua de Cervantes: nuestra abreviatura podría ser AP o APL, pero no APP. Sin embargo, se ha impuesto el anglicismo "apepé" por ser hoy el inglés la lingua franca del Imperio: la consonante geminada /p/, fruto como era de la asimilación regresiva latina de la /d/ a la /p) siguiente (ad-plicatio > ap-plicatio), que en castellano se simplificó por ley de economía fonética, resulta que se nos restituye y reaparece ahora de nuevo por la servidumbre informática anglosajona de la moda.


COM-PLIC-ARE, que da complicar, y la complicidad del cómplice a veces no poco complicada

*DE-EX-PLIC-ARE, origina desplegar y despliegue.

EX-PLIC-ARE: se conserva explícitamente en explicar sin mucha explicación

IM-PLIC-ARE, por su parte, es implicar, implícitamente, pero también emplear y empleo, que es término más común, así como es común el desempleo.

RE-PLIC-ARE: origina el cultismo replicar y, como réplica, el término patrimonial replegar y repliegue. 

SUP-PLIC-ARE, por su parte, se conserva en suplicar, que propiamente significa doblarse prosternándose, de donde nuestra súplica, pero también nuestro suplicio



MULTI-PLIC-ANDO, que es gerundio.



Pero todo esto, con no ser poco, es todavía muy simple, simplicísimo, algo simplón, así que podemos complicarlo un poco, sólo un poco más, utilizando los diez primeros números para multiplicar, que quiere decir hacer muchos (multi) pliegues, ya que multiplicar es lo mismo que sumar varias veces el mismo número, y obtener así múltiples múltiplos. Del uno al diez están todos excepto el uno, porque uno por uno es uno, y el nueve. 


No aparece el uno porque un número multiplicado por 1, como elemento neutro de la multiplicación que es, da como producto el mismo número, es decir no se multiplica: el producto es igual al multiplicando o, propiamente hablando, no hay producto porque no hay multiplicación: uno por uno es uno. Algo que se da una vez no se da ninguna vez, según el aforismo alemán: einmal ist keinmal: ua vez no es ninguna vez. La unidad no puede plegarse sin romperse. Se queda directamente como está. Si a la raíz indoeuropea de uno, que es *SEM-, le añadimos *PLEK-S, obtenemos SIMPLEX, que por apofonía se convierte en SIMPLICIS en el genitivo y demás formas de su declinación. Significaría caracterizado por ser una unidad singular, indivisible, siendo absurdo multiplicar por uno, lo que sí podemos hacer (FACERE>FICARE) es SIM-PLI-FIC-ARE, simplificar, que los pliegues se reduzcan. 

No se sabe muy bien por qué no está el nueve en la relación, y no podemos nonuplicar, quizá por la complejidad de su tabla multiplicatoria

DU-PLIC-ARE origina duplicar y reduplicar, y el término patrimonial doblegar, conservándose el latinismo dúplex con vario significado que alude en todo caso a la idea de doble, donde la raíz original *PL (presente en el adjetivo ya desusado duplo) se ha sonorizado y convertido en *BL.
TRI-PLIC-ARE, triplicar.
QUADRU-PLIC-ARE, cuadruplicar y cuadriplicar, válidas ambas según la Academia; la segunda, formada sobre la analogía de triplicar.
Y los siguientes serían QUINTU-PLIC-ARE, quintuplicar, SEXTU-PLIC-ARE, sextuplicar, SEPTU-PLIC-ARE, septuplicar, OCTU-PLIC-ARE, octuplicar, DECU-PLIC-ARE, decuplicar, y finalmente del diez saltamos al cien, CENTU-PLIC-ARE, centuplicar

No hay comentarios:

Publicar un comentario