martes, 26 de junio de 2018

De Diógenes y Crates

La miniatura anónima (circa 1490) que ilustra el Libro de las buenas costumbres de Jacques Legrand y muestra a los filósofos cínicos Diógenes dentro de su barril leyendo un libro y a Crates con la herencia que ha recibido de su padre a cuestas, de la que se desprende inmediatamente para poder ser libre, nos sirve para presentar la vida imaginaria de Crates que escribió Marcel Schwob.

El título, en francés antiguo, dice: Cómo el estado de pobreza puede ser para cualquiera agradable. 

El autor francés Marcel Schwob (1867-1905) escribió en 1896 unas "Vidas imaginarias" donde relató unas biografías breves de veintidós personajes reales de todos los tiempos no muy conocidos por el gran público en las que mezclaba una exquisita erudición con algunas anécdotas imaginarias que individualizaban al personaje. Por lo que se refiere al mundo clásico de Grecia y de Roma redactó las vidas imaginadas de Empédocles, Eróstrato, Crates, Séptima, Lucrecio, Clodia y Petronio.  Borges tomó este libro como modelo para su Historia universal de la infamia, cuyos protagonistas son reales pero sus hechos son a veces  fabulosos e imaginarios.


Nos interesa particularmente la biografía que le dedica a Crates, el discípulo de Diógenes. Schwob contrapone a ambos filósofos cínicos: de Diógenes dice que mordía como los perros, de Crates que vivía como ellos. Diógenes sería el perro mordaz, agresivo, mientras que Crates sería perro ladrador como Diógenes, sí, pero poco mordedor. Crates también criticaría, según este autor, a su maestro por vivir en un tonel como si fuera un caracol o un paguro, cuando podía vivir al aire libre sin necesidad de techo, igual que él, como un homeless, un sin hogar, un sin techo. Crates sería, según Marcel Schwob, la versión amable de Diógenes, el mejor amigo del hombre.
 

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