Eric
Maskin, premio Nobel de economía del año 2007 afirmaba en una entrevista
concedida a XL Semanal, núm. 1571, semana del 3 al 9 de diciembre, lo
siguiente: “El sistema educativo tiene que reorientarse. Ahora está
reorientado a preparar para el mercado laboral. Pero, si desaparece el mercado
laboral, habrá que pensar otras cosas...” “¿Cómo qué?” Le pregunta
el entrevistador Carlos M. Sánchez; a lo que el profesor de la Universidad de
Harvard responde: “La educación deberá enseñarnos a desvincular nuestros
trabajos de nuestras identidades. Hoy por hoy, la mayor parte de la gente se ve
a sí misma según lo que hace para ganarse la vida. Usted es periodista; yo,
economista... Nos va a costar acostumbrarnos.”
¿Educación?
Nuccio Ordine, por su parte, del que ya hablamos aquí a propósito de su libro La utilidad de lo inútil, que acaba de publicar entre nosotros Clásicos para la vida (Editorial Acantilado), una antología de 50 textos comentados desde Homero hasta Antoine de Saint-Exupéry, se mostraba muy crítico con el sistema educativo en una entrevista concedida al diario El Mundo (15 diciembre de 2017): “Uno debería ir a la escuela a cultivar su espíritu, no a aprender un oficio y a prepararse para encontrar un trabajo. Pero las escuelas y las universidades han creado un sistema que corrompe a los jóvenes, en el que les hacen creer que se debe estudiar no por el gusto de aprender sino para encontrar un trabajo”.
Así
comenta lo que le decían los estudiantes italianos en sus conferencias por
centenares de liceos para presentar su libro: «Profesor, yo amo el latín y
el griego, me gusta la literatura, pero mis padres me dicen que eso no tiene
salida profesional -aquí le dirían que eso “cierra puertas”- y que es
mejor que estudie una ingeniería, informática, medicina, porque así encontraré
más fácilmente trabajo». Pues bien, lo que yo les respondo siempre es:
«Chavales, no os inscribáis en la universidad pensando en el trabajo, elegid
aquello que os apasiona». Porque si uno elige una disciplina porque le apasiona
será tan bueno en ella que encontrará trabajo. Y al revés: si uno estudia una
carrera que no le apasiona pensando sólo en su salida profesional, puede que el
día de mañana gane mucho dinero pero no será feliz. Si a mí alguien me
ofreciera ir a trabajar a una empresa a cambio de 100.000 euros al mes, no
iría. No cambiaría jamás de trabajo, porque para mí lo que hago es un placer,
una pasión, mi vocación, y eso es impagable.”
Y eso es
lo que deberían decir los Departamentos de Orientación de los IES si fueran un
poco más honestos. No hay que estudiar pensando en las salidas profesionales ni
en las puertas que se abren y se cierran -¿quién le pone puertas al campo?-, ni
en la rentabilidad económica de los estudios sino en aquello que les
entusiasma. No hay que estudiar para aprobar exámenes, sino para aprender, y no
hay que leer por obligación sino por placer.
En la siguiente
afirmación de la entrevista, sin embargo, no estoy muy de acuerdo con Nuccio Ordine: "Al poder no le
gusta que sus ciudadanos sean autónomos y cultos. Por eso no invierte en
educación". El poder no deja de invertir en educación y en cultura, es
una de las cosas en las que de hecho más invierte y que más dinero mueven. El
problema reside en lo que el Poder entiende por educación: mantener a los
alumnos estabulados o acuartelados, si se prefiere la metáfora militar, hasta
los 16 años obligatoriamente, y se habla ya de hacerlo hasta la mayoría de
edad, cuando lo que se imparte en las aulas no tiene ningún interés para los
alumnos, porque no les apasiona, enfocado como está a entretenerlos y a
insertarlos en el denominado mercado laboral, por lo que en las clases de
lengua, informática o inglés se reducen a veces a redactar un curriculun
vitae y poco más...
Los
gobiernos suelen decir que no hay dinero. Y es mentira. Claro que hay dinero. Y
no es que lo haya, dinero es lo que sobra, lo hay espuertas, tanto que no
alcanzamos a imaginar cuantos ceros tienen las cifras de miles de millones que
se gastan. Lo que pasa es que no hace ninguna falta. Dinero y mercado laboral
es lo que sobra en esta sociedad que todo lo consume y a todos nos consume.
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