Leo en Laudator temporis acti que Catherine Nixey en su libro The
Darkening Age: The Christian Destruction of the Classical World (Macmillan,
Londres, 2017) informa de que el Museo Arqueológico Nacional de Atenas conserva
este busto en mármol blanco de Afrodita, que, como puede verse en fotografía
adjunta, fue desfigurado por algún sin duda fanático cristiano que grabó la
señal de la cruz en su frente y en el mentón de la barbilla, horadó sus ojos y,
no contento con eso, le arrancó la nariz a la diosa. Quizá pretendió así
bautizar a Afrodita, cristianizarla, viendo en ella, probablemente, la encarnación
del pecado de la carne, una belleza pagana demasiado hermosa como para dejar indiferente
a nadie y no inspirar algún deseo pecaminoso o la duda, al menos, en la nueva fe, por lo que procedió a cegarla y a
dejarle en su bello rostro el estigma del signo de la cruz.
No hay comentarios:
Publicar un comentario