No
es extraño que Pierre Commoy y Gilles Blanchard, conocidos como Pierre y Gilles, siendo ambos artistas declaradamente homosexuales, se hayan
interesado por el mito de Ganimedes y su larga trayectoria en la historia del arte. Ganimedes, raptado o arrebatado
por Zeus o, si se prefiere su nombre latino, por Júpiter, que se
había enamorado de él y transformado en águila rapaz para
secuestrarlo, fue elevado y ascendido al celeste Olimpo, junto al dios, un dios, por cierto, bastante mujeriego, por otra
parte. Según los más puritanos para convertirlo en su copero, según otros para que compartiera, además, su lecho como amante, dada la práctica de la pederastia en el mundo griego.
Se
suele representar a Ganimedes en las artes figurativas como un niño
o adolescente de gran belleza. Era un pastor troyano, por lo que
suele aparecer a veces tocado con el gorro frigio, cayado de pastor y
perro guardián, y desnudo o semidesnudo. Y no suele faltar en la
iconografía la imagen del águila, símbolo y animal carismático de
Zeus/Júpiter. Algunos pintores como Rembrandt, por citar sólo un
caso entre los muchos que hay, han disminuido considerablemente la edad de Ganimedes y nos
presentan al dulce catamito no como un efebo preadolescente, sino
como un niño propiamente dicho.
Por ser, precisamente, amante del dios, según la mitología,
y no meramente su copero, Ganimedes es hoy, además, el nombre de una de los
satélites o lunas que gira en el universo del sistema solar de
nuestra galaxia en torno de Júpiter, junto con Leda, Europa, Calistó y tantas otras, y la personificación también del signo zodiacal de acuario, dado que era el encargado de escanciar la bebida de los dioses.
No cabe duda de que la inspiración de esta última fotografía en la que Ganimedes ofrece su copa al águila, metamorfosis del propio Zeus, es la célebre escultura de Bertel Thorvaldsen en la que un Ganimedes porta el gorro frigio. Ya hemos dicho en otros lugares, aquí y aquí, que Pierre y Gilles no son muy originales en sus tratamientos de la iconografía de la mitología clásica, que se dedican a copiar, recreando los temas preferentemente homosexuales y masculinos que les interesan, con la técnica de fotografiar a efebos jóvenes musculosos y desnudos, y pintar después las fotografías con una estética un tanto almibarada y kitsch, no poco pretenciosa.
Ganimedes y el águila, Bertel Thorvaldsen (1817)
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