La
noticia es la siguiente: La Generalitat valenciana implantará el próximo curso
clases de Religión Islámica y Adventista en los colegios públicos de una decena de
municipios.
Lo que
más poderosamente llama la atención es que los que gobiernan dicha Generalitat, Compromís,
habían registrado en el Senado una moción en la que reclamaban la eliminación
de la asignatura de Religión en los centros educativos, y que las horas
lectivas que se consagran -nunca mejor dicho- al cultivo de la fe se dedicaran a otros
menesteres, lo que está muy bien porque no discrimina a ninguna confesión
religiosa por encima de las demás. ¿Cómo se explica entonces que ahora la
Conselleria d'Educació, regentada por Compromís, se comprometa precisamente a
implantar las asignaturas de Religión en sus modalidades Islámica y Adventista del Séptimo Día en
la comunicad valenciana donde gobierna?
Pues así
justifican los mandarines compromisarios lo que a todas luces resulta injustificable:
1º.- No
es una medida insólita que se les haya ocurrido por primera vez a ellos, sino que se
suman así según dicen “a una gran parte de las comunidades autónomas que
ofertan diferentes confesiones». Esto es cierto: la Religión Islámica
-evaluable al igual que la Católica- ya se oferta en Andalucía, Aragón,
Canarias, Castilla y León, Ceuta, País Vasco, Madrid y Melilla, y de acuerdo
con la Comisión Islámica de España, el próximo curso se implantará también en
Extremadura, Navarra y La Rioja. Es decir que de los diecisiete reinos de
taifas democráticos hispánicos se impartirá en la mayoría, en 12 incluyendo
Valencia. Luego, si la mayoría de las Comunidades lo hacen, ¿por qué íbamos a
ser menos nosotros que los demás que son más, y a dejar de hacerlo? Además, la oferta responde a la demanda según las leyes del Mercado.
2º.- El
segundo argumento es que así pretenden “tumbar un muro de los gobiernos del
pasado porque, para nosotros, tan valenciano es quien profesa el catolicismo,
el islam o la religión adventista y con la norma estatal todas tienen derecho».
Nada que objetar: el gobierno valenciano pretende gobernar, como es lógico, a
todos los valencianos, sean de la confesión religiosa que
sean o no sean de ninguna, pero acatan la norma estatal, no faltaba más: donde hay capitán no manda marinero.
3º.- «No
se obliga a nadie a escoger la asignatura». Faltaría más. Obligar es propio de
los gobiernos autoritarios y dictatoriales del pasado. Nosotros, que somos demócratas progresistas no ya modernos,
sino posmodernos, no forzamos a nadie a elegir un credo u otro, o ninguno,
porque el que no quiera cursar la asignatura de Religión tiene otras opciones que justifican la imposición
de la Religión: la llamada Alternativa a la Religión en primaria, Valores Éticos en la ESO y Cultura Científica en
Bachillerato.
Lo más
curioso es que la Conselleria d'Educació sostiene que «ninguna Religión
-tampoco la Católica, Apostólica y Romana- debería tener una asignatura dentro de los centros
educativos, pero la Ley estatal obliga y los acuerdos con las diferentes
religiones por parte del Estado también». Como dicen los catalanes: No vols brou? Tassa i mitja. Si no quieres caldo, toma taza y media: Doble ración de Religión, el opio del pueblo, para todos. Sostenida, eso sí, con fondos públicos. Nosotros estamos, dicen ellos, en contra pero ante una realidad que no puede cambiarse, terca e inmutable como ella sola, no podemos hacer nada, somos impotentes. Entonces la pregunta se impone por sí
sola: ¿Para qué hemos tomado el Poder si, una vez asaltados los cielos, no
podemos cambiar ni un ápice de las cosas de aquí abajo desde sus alturas? Y un poco más ingenuamente todavía: Si desde el
Gobierno no pueden hacer nada para evitar una situación injusta: ¿Por qué
gobiernan?
En alguna
Comunidad, como esta nuestra de cuyo nombre no voy a hacer mención, a ver si así pasamos desapercibidos, no tenemos ese problema porque sólo tenemos la modalidad de
Religión y Moral Católica o alternativa a la Religión... por ahora, claro.
“¿Para qué más?” Como le dijeron una vez en un pueblo a una pareja de
Testigos de Jehová, si no eran mormones, que iba predicando puerta a puerta por las casas su credo: “¿Para qué
queremos otra religión, si nosotros ya tenemos la nuestra, que es la verdadera,
y además, no creemos demasiado en ella?”.
Estos titulares aparecen en la prensa de hoy (Infolibre, 11/08/2018): Son para echarse a correr y no parar: Café (religioso) para todos: el multiconfesionalismo frena el avance al Estado laico. Confesiones con "notorio arraigo" reclaman mayor presencia de sus asignaturas en la escuela pública. El PSOE propone convertir las capillas en lugares públicos en "oratorios multiconfesionales" y el Gobierno del PP estudió poner siete casillas religiosas más en el IRPF. Jorge García, presidente de Movimiento Hacia un Estado Laico, lanza una voz de alarma: "El salto hacia el multiconfesionalismo que parecen querer dar cada vez más autoridades es un gravísimo error"
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